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martes, 27 de marzo de 2012

El inmenso valor de la despedida



                                                                A mi madre


Sentí como si toda mi vida
hubiese transcurrido para ese único instante.
Y que después, posiblemente,
todo sería mucho más valioso.
Posiblemente.
Porque la despedida da sentido
                                    (Y sinsentido)
al pasado y
a lo que vendrá después.


Porque el sol abre sus dedos en el norte de la noche.


Me lo dijeron
dos hormigueros negros
profundos y vacíos.


Y las sombras oficiaron en aquella noche intacta
dejándome un triste tesoro.


Monalisa






2 comentarios:

  1. Hoy voy a llevarte la contraria.Para mí,ninguna despedida da sentido.Cuando se parte,aunque nos lo digan hormigueros negros,profundos y vacíos,siempre nos deja un corazón herido,marchito e inapelablemente angosto.

    Somos presente,ni pasado ni futuro por mucho que nos empeñemos,y en él nos acurrucamos con dolor y temblor con la siempre indeseable ida de lo que perdemos(porque siempre perdmos en cada ida).

    Sólo somos pasado o futuro en nuestras ansias de querer estar o permanecer aunque el presente nos invada y nos cercene.

    Se van y quedamos ansiados como caracolas torpes que comienzan a vivir sin trazos o renglones aprendidos.

    Somos simple fermento de nuestro momento particular.

    Un besazo y disculpa este comentario tan inhospito.

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  2. Nada que disculpar, querido Felipe. Tus comentarios son siempre bien recibidos.

    Te puedo asegurar que es uno de los poemas más certeros que he conseguido. Es bastante críptico, porque se debe a unos minutos (muy pocos) intensísismos vividos en unas circunstancias muy especiales. Nadie puede entenderlo.

    De verdad, gracias de corazón.

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