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miércoles, 4 de julio de 2012




Erguido sobre
tantos días alegres
sigo la marcha.
No podré habitarte,
ciudad cercana.
Siempre seré huésped, nunca vecino.

Claudio Rodriguez en "Alianza y condena"

(Sólo por engañar un poco al alma)





2 comentarios:

  1. Tengo que contártelo. Creo que fue de vuelta de la facultad. Invierno, lloviendo y con frío. Habrán pasado ya, más de treinta años. Mirando la playa e imaginando (como todos los días) el riesgo de un tsunami gaditano. En aquella pared encalada, blanca, impoluta y deslumbrante, una frase. La frase que luego me perseguiría para siempre... ... ...o para nunca (según se mire y se sienta) Luego, vendrían los gorilas gigantes a destrozar mis imperios y mis territorios tan dificilmente conseguidos. Pero eso es otra historia. Todo esto, mi querida Quety, porque es inevitable y no puedo olvidarlo y apartarlo de mi mente. Hojas otoñales, y me viene a la mente aquella frase dibujada sobre aquella otra pared tan blanca... ... ..."Piel de Otoño, te quiero"

    Un beso, Quety y perdona por la monserga. Simplemente me dejé llevar.

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  2. Pues yo no sé con que quedarme.
    Si con los bellísimos versos, dicen tanto, en tan poco espacio.
    O, con la respuesta de, La Isla Misteriosa, que es maravillosa. Habrá que engañar más veces al alma con dulces como estos.
    Muchos besos

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